“Las oraciones de Moisés golpearon fuertemente a los enemigos de Israel.  Pero Moisés no estuvo solo en ese proceso, porque llegó un momento en que sus manos se cansaron y Aaron y Hur se pusieron a su lado para sostenerle las manos.  Hoy no puedo estar solo en mi proceso de enfrentar al enemigo en oración. Necesito la compañía de otros”. Serafín Contreras G.
Exodo 17:12.